Las dificultades de comprensión lectora son muy habituales incluso en alumnos sin dificultades de aprendizaje.
Generalmente tendemos a trabajarlas mandando comprensiones lectoras a los alumnos. Pero con esto lo único que estamos haciendo es que vuelvan a caer en su error una y otra vez.
Por lo que vamos a analizar qué factores influyen en una adecuada comprensión lectora para ver cómo podemos entrenarlos y mejorar el proceso.
Antes de todo, existe un proceso de ANTICIPACIÓN que en muy pocas ocasiones se realiza y que es de vital importancia. Son actividades que deben realizarse antes de leer la lectura, preferiblemente de forma oral. Van enfocadas a la activación de conocimientos previos, anticipación, predicción, inferencias... sobre el texto que vamos a leer. Preguntas típicas que podemos realizar en esta fase son:
- ¿De qué piensas que va a ir la lectura? Aquí es bueno animarles a que cada uno piense una versión diferente, sin repetir lo que han contado los compañeros.
- ¿Qué sabes acerca de (el tema de la lectura)?
- ¿Cómo crees que acabará?
En este proceso de anticipación, también debería trabajarse el VOCABULARIO que va a aparecer en la lectura. De esta forma, nos aseguramos, primero de que van a entender las palabras que aparecen; y segundo les va a permitir generalizar la comprensión de dicho significado a un contexto concreto, asimilando mejor dicha comprensión.
Una vez que comenzamos a leer la lectura, tenemos diferentes procesos.
Es evidente la importancia de la ATENCIÓN. En edades tempranas, cuando los niños están aprendiendo a leer, toda su atención se focaliza en la decodificación, en saber descifrar cómo leer cada combinación de grafemas que se van encontrando. Esto hace que la atención que requiere este proceso reste atención a la comprensión lectora. Es normal. Y en la medida que el niño vaya siendo más hábil decodificando, logrará mejorar la comprensión lectora.
Sin embargo, cuando nos encontramos con niños que realizan una adecuada decodificación, pero vemos dificultades de comprensión lectora, la atención en la lectura será uno de los aspectos que deberemos trabajar. Y esto forma parte de un conjunto de habilidades a entrenar: METACOMPRENSIÓN.
La METACOMPRENSIÓN consiste en ser consciente del proceso que se está realizando, si lo estamos realizando adecuadamente o en qué momento nos hemos perdido, lo que hemos entendido o no, y autorregularse para mejorar aquellos aspectos en los que detectamos errores.
Es un proceso olvidado a la hora de trabajar la comprensión lectora y, sin embargo, tiene una importancia vital. Y es un proceso a entrenar para que el alumno vaya adquiriendo estrategias autónomas que le permitan mejorarlo.
Este proceso tiene varios niveles:
- Primero debo detectar que errores estoy cometiendo.
- Después debo buscar estrategias para mejorar dichos errores.
- Por último debo ver si esas estrategias han sido efectivas o no.
Por otro lado, es importante saber diferenciar entre los distintos TIPOS DE PREGUNTAS de comprensión lectora:
- Preguntas literales: son aquellas cuya respuesta podemos encontrar en el texto. Sólo hace falta entrenar la búsqueda de información dentro del texto para que el alumno sea hábil en su resolución. Dentro de este tipo de preguntas también se engloban aquellas que requieren ordenar la secuencia del texto.
- Preguntas inferenciales: la información no está explícitamente en el texto, sino que tenemos pistas. Y gracias a esas pistas, obtenemos la respuesta. Por lo que implica un proceso de deducción. Y, por lo tanto, es necesario el razonamiento lógico. Este proceso también lo realizamos cuando intentamos adivinar el significado de una palabra que desconocemos a través de la frase en la que se encuentra. Es el proceso en el que existe mayor dificultad y, por lo tanto, en el que hay que realizar un entrenamiento específico. Y desgraciadamente, es el menor número de preguntas que solemos encontrar en las comprensiones lectoras.
- Preguntas valorativas o críticas: son aquellas en las que nos piden una opinión o valoración respecto a la lectura. Por lo que son de elaboración propia de cada uno. La mayor dificultad de estas preguntas radica en realizar una adecuada justificación de por qué se ha respondido una cosa u otra.
También es importante el TIPO DE TEXTO al que nos enfrentamos. Generalmente, una gran mayoría de las actividades de comprensión lectora se realizan con textos narrativos, siendo estos los más sencillos de comprender. Si queremos mejorar la comprensión lectora, debemos entrenarla también en textos expositivos, los cuales presentan mayores dificultades por tener una estructura diferente.
CONCLUSIONES FINALES:
Resumimos todo lo que tenemos que tener en cuenta para poder mejorar la comprensión lectora:
- Trabajar actividades de anticipación, incluyendo el trabajo previo del vocabulario.
- Incluir estrategias de metacomprensión y atención para autorregular el proceso lector.
- Incrementar el número de preguntas inferenciales que realizamos en los textos.
- Emplear mayor número de textos expositivos.
Para ampliar toda esta información, recomiendo un vídeo muy interesante de Gracia Jiménez Fernández que analiza si están bien enfocados los libros de texto para trabajar la comprensión lectora.